De paseo por la gran ciudad

ImagenTítulo: Historias de Londres

Autor: Enric González

Año: 2007

Editorial: RBA. Narrativas.

Cuando uno empieza a leer Historias de Londres siente cómo una mano invisible le coge y le lleva, con mucha ligereza, por todos los recovecos y barrios ocultos que esconde la capital británica.

Pero Enric González, el autor de este paseo, es más que un guía. Es un observador. Con años de experiencia como corresponsal de El País en Londres, París, Nueva York o Roma, entre otras ciudades, González consigue introducirte en las eclécticas corrientes de la City; se nota su peculiar afecto por la capital inglesa, afecto, por cierto, reconocido por él mismo: “Si pudiera, viviría en Londres” son las últimas palabras de su prólogo.

Con esa narrativa suave, sencilla y poco pretenciosa, el autor de Historias de Londres desvela todos los secretos y entresijos de la capital del British Empire (¿de veras sabíais que el subsuelo de Londres está plagado de túneles, no solo del metro, sino de Correos y del Banco de Inglaterra? Velocidad punta en lo relativo a correspondencia y transacciones bancarias. Muy británico todo). La superficie la deja para los turistas y seres poco sensibles, que ven en Londres un destino más, tal vez con algo más de luz y movimiento que otros sitios. Londres, damas y caballeros, es mucho más que eso. Algunos lo sabemos bien.

Elementos de la sociedad inglesa—qué perfección lo expuesto acerca de la High Church anglicana—desgranados con una corrección absoluta. Solo alguien que lo ha vivido puede acometer tan acertada descripción. El detallismo[1] que muestra en cada sección nos revela que todo es fruto de una experiencia vivida. Los personajes son pocos, él mismo y su mujer aparecen de vez en cuando, Íñigo Gurruchaga… Eso sin contar las personalidades históricas que van saliendo a escena según el mini-relato. Pero eso es todo. ¿Para qué más?

Una de las esencias del libro es saber mezclar lo de siempre con lo más novedoso, no tan conocido. No va a faltar la leyenda de Jack el Destripador, ni obviará los paladinos barrios de Kensington[2] o Chelsea—que “siempre está de moda”—, pero tampoco olvida González incluir en su Londres edénico la característica realidad del East End[3], mucho más mutable que el Londres victoriano tradicional. Y es que al final: eso es Londres; la ciudad del mundo, la ciudad que no para, la ciudad que no duerme y, en definitiva, la ciudad que siempre se vanagloria de llevar al cuello la bandera de la modernidad.

Es complejo, Londres. ¿Dónde está el orden que la hace la gran ciudad del mundo? Pocos lo encuentran en la selva londinense. Sin embargo está claro que González palpó esa armonía que, si te fijas, existe en el caos de la City. Yo, desde mi humildad, creo que también la rocé. Y da mucha paz.

Para quien ha sufrido London, este breve libro es un must. La mejor captación de la capital del Reino Unido desde ojos ibéricos que haya podido leer hasta el momento (claro que Dickens, claro que Conan Doyle… Pero no: no es eso a lo que me refiero). Como dijo mi muy querida Leticia: “Para los que vayan, para los que no se mueven y, sobre todo, para los que vuelvan de Londres”. La lectura desde la nostalgia hace de Historias de Londres una pequeña delicia.


[1] Quién, sino un hombre interesado por lo que le envuelve y afecta en su vida, nos podría decir que “el metro mueve diariamente, mal que bien, a un millón de personas”. Datos, interés: amor por su paseo de vida.

[2] “Hyde y Kensington son melancólicos en invierno, restallan de verdor en primavera y son en otoño hermosos como una niñez perdida”.

[3] “El East End, donde ahora se mezclan inmigrantes pobres y yuppies ricos, ha sido siempre un barrio de izquierdas”.